Por esa puerta azul que lleva a Facebook mis amigos salieron.
Y de este lado yo no me atrevo a cerrar. Por si acaso no vuelven habrá de
entrar el viento.
La sal de la tierra
para Lidialys y Andrés
para Legna
Que te vuelva a encontrar, amiga mía,
que las luces de Facebook y sus
cables acuáticos
me lleven hasta ti,
que códigos binarios reedifiquen tu
rostro;
que lo que no comprendo sea amable.
Que te vuelva a encontrar, amigo mío,
la cerveza en tu perga
lanza al aire sus ebrios voladores de
espuma
y tú tienes los años que yo resisto
ahora
y yo estoy en mis veinte todavía,
que te vuelva a encontrar así pasen
mil años
al final de esa tarde en la Pastora;
que mis fotos te guarden.
Que te vuelva a encontrar, amiga mía,
que me asistan las ruedas de plegaria
impulsadas por viento
y las ruedas de agua,
que te vuelva a encontrar: tú la joya
en el loto;
que lo desconocido sea amable.
Que te vuelva a encontrar, amigo
mío,
que pierda yo aquel tren mientras
vuelves a casa
–sin saberlo allí estoy soplando mi
café–
que me extiendas tu nombre en la sala
más tibia;
que nos confiemos siempre
en la amabilidad de los
extraños.
Que los vuelva a encontrar, amigos
míos,
en Mallorca, New Jersey, Santa Clara,
que todo es escenario pero ustedes
son tierra
el eje donde rota el mundo conocido,
debajo de sus ramas nos tomamos las
pergas
nos reímos de nada,
amigo, mi confianza.
Te encontré de la mano de Andrés. Ahora siempre recorro tu rincón y siempre encuentro puertas azules y brisas de almas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Migdalia