Mientras Sting cantaba ese tema único que es Fragilidad, yo leÃa nuevamente un pasaje de la monumental novela Las Olas, de Virginia Woolf, pensando en que si tan solo pusiéramos ese párrafo a flotar en el espacio, o si lo guardaramos en una cápsula de tiempo, seres de otros mundos o nuestros desapercibidos descendientes podrÃan entender, de manera magistral y con pocas palabras, lo que para nosotros significó el desamor.
Es como un Aleph este fragmento, toda la experiencia humana está allÃ. No en balde al Aleph solo se le puede ver, según Borges, en esa casa vieja, cuando se está tirado en el piso.
Es como un Aleph este fragmento, toda la experiencia humana está allÃ. No en balde al Aleph solo se le puede ver, según Borges, en esa casa vieja, cuando se está tirado en el piso.
Virginia Woolf pintada por Roger Fry |
Pero si un dÃa no vienes después del desayuno, si un dÃa te sorprendo a través de algún espejo buscando otra mirada, si el teléfono suena y suena en tu habitación vacÃa, entonces, después de indecibles angustias, entonces —porque la locura del corazón humano no tiene lÃmites— buscaré y encontraré otro tú como el tuyo. Entretanto, tratemos de abolir de un solo golpe el tic tac del tiempo. Acércate más.
Las Olas, 1931
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