sábado, 5 de mayo de 2012

El Aleph de Virginia

Mientras Sting cantaba ese tema único que es Fragilidad, yo leía nuevamente un pasaje de la monumental novela Las Olas, de Virginia Woolf, pensando en que si tan solo pusiéramos ese párrafo a flotar en el espacio, o si lo guardaramos en una cápsula de tiempo, seres de otros mundos o nuestros desapercibidos descendientes podrían entender, de manera magistral y con pocas palabras, lo que para nosotros significó el desamor.
Es como un Aleph este fragmento, toda la experiencia humana está allí. No en balde al Aleph solo se le puede ver, según Borges, en esa casa vieja, cuando se está tirado en el piso.  

Virginia Woolf pintada por Roger Fry

Pero si un día no vienes después del desayuno, si un día te sorprendo a través de algún espejo buscando otra mirada, si el teléfono suena y suena en tu habitación vacía, entonces, después de indecibles angustias, entonces porque la locura del corazón humano no tiene límites buscaré y encontraré otro tú como el tuyo. Entretanto, tratemos de abolir de un solo golpe el tic tac del tiempo. Acércate más.


Las Olas, 1931 
 


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